Alimentación canina: lo que no sabías

Felino olisqueando fruta

¿Quién no ha oído la expresión “Eres lo que comes”? ¿O que el estómago es nuestro segundo cerebro? Cada vez son más las investigaciones sobre alimentación y salud en humanos. Pero, ¿y qué pasa con mi mascota?

 

Premisas básicas y contexto

Tanto los gatos como los perros son mamíferos, lo que significa que tenemos cosas en común. Por poner un ejemplo, la leche materna es fundamental para el desarrollo vital en las primeras semanas de vida.

Históricamente (no hace tanto), nuestras mascotas se alimentaban de las sobras de las comidas de sus dueños. El invento del pienso es relativamente moderno.

La comida animal en formato pienso seco o latas,… surge por una necesidad humana; no animal. Esta premisa es muy, muy importante.

Desafortunadamente, las investigaciones sobre el impacto de la alimentación en nuestras mascotas escasean. Cuando un organismo, entidad, institución o empresa invierten dinero en una investigación es porque esperan obtener un algo a cambio. Ese “algo” suelen ser datos e información que puedan monetizar posteriormente. Sería absurdo que una empresa tabacalera investigase sobre la “relación entre el tabaco y el cáncer de pulmón”. Igual de absurdo es que una compañía de pienso animal investigue sobre los “beneficios de la dieta BARF” o sobre “Las graves consecuencias sobre la salud animal de los conservantes químicos” (presentes en la mayoría de piensos).

El pienso seco o húmedo de las grandes marcas es comida procesada, lo mires por donde lo mires. La comida procesada no es comida real (el tan de moda Real food) y lleva muchísimos ingredientes fabricados en laboratorio. Además, hay mascotas que solo comen alimento procesado desde que nacen hasta que mueren.

Estas son las premisas básicas desde la que partimos, sin necesidad de entrar en profundidad en otros aspectos, y sobre las que nos gustaría reflexionar en este artículo partiendo de las experiencias propias vividas.

 

Perro espera junto a su comida

La alimentación que mejor le sienta a tu mascota es la natural

Si no te acabas las lentejas, las tendrás para cenar

¿Alguna vez os han dicho esto cuando erais pequeños? ¡A nosotros sí! Hoy en día nos encantan las lentejas, pero ¿os imagináis comiendo siempre lentejas? Pensad en vuestro plato favorito, y ahora imaginaos degustando ese plato para desayunar, almorzar, comer, merendar y cenar. Un día, tras otro, tras otro… ya bien haga frío o calor. ¡Qué horror! Esto es precisamente lo que estábamos haciendo con nuestras mascotas. Si bien es cierto que intentábamos cambiar la marca y el sabor cada vez que terminaban un paquete de pienso, esta “solución” no nos convencía.

Además, si existen las frutas y verduras de temporada, ¿cómo es que nuestros peludos comen lo mismo todo el año? Además de por la edad y el peso, ¿no debería su dieta estar adaptada a la estación del año?

 

Comida real para mascotas reales

Vale, no queremos darles de comer alimentos procesados a nuestras mascotas. ¿Qué les podemos dar? Gracias a personas como Adrián Conde, nos decidimos a probar alternativas al pienso seco.

Hemos ido probando cosas y en la actualidad cocinamos para nuestras mascotas una vez a la semana un menú equilibrado. Nos sentimos felices de saber que el alimento es fresco y libre de toxinas y elementos cancerígenos. Es una comida real, sin artificios, que nos podríamos comer los humanos. Hemos dejado de tener mala conciencia por dales de comer unas bolitas de color marrón.

La sandía les encanta a los peludos

Los alimentos naturales son los más saludables para los peludos de la casa

 

Las 10 cosas sobre el cambio de dieta que nadie te dice

Dar el paso a la comida de verdad de nuestras mascotas no fue fácil por diferentes motivos. Aquí os dejamos las 10 cosas que nadie nos dijo antes de hacer el cambio de dieta:

1. Dilema moral

El primer obstáculo lo encontramos con la carne y el pescado. Si eres vegano o vegetariano sabes de lo que estamos hablando. La idea de tener que comprar carne y pescado para el perro o gato no es un acto que te hace sentir cómodo/a. Se trata de una encrucijada que tienes que superar porque si bien los humanos podemos sobrevivir sin comer carne o pescado, nuestras mascotas, no pueden. Dar pienso a tu perro o gato no soluciona este dilema, puesto que el pienso también está hecho con proteína animal. Nosotros decidimos comprar a un proveedor carne saludable, ética y sostenible.

2. Cocina de más

Si tu también odias cocinar, no te preocupes, no estás solo/a. Además de cocinar, tendrás que comprar y fregar de más. Afortunadamente, tenemos la solución: ¡Batch Cooking! La cocina por lotes es, básicamente, cocinar mucho en una sola tarde, guardándolo todo en raciones en la nevera: verduras, carne, pescado,… A lo largo de la semana, cuando vas a comer, sacas la cantidad de lo que necesitas, mezclas, complementas y ya lo tienes.

En el caso de las mascotas, nosotros cocinamos una vez a la semana. Si sumamos el tiempo extra de la compra y de fregar, sumado al tiempo de cocinar, esto supone un total de 3 horas adicionales. A pesar de nuestras ajetreadas vidas, es un tiempo asumible para la mayoría de humanos.

3. Alimentos prohibidos

Es importante que os informéis antes sobre los alimentos que jamás debéis dar a vuestras mascotas. Después de leer bastante, tenemos claro que nada de cebolla, queso o chocolate. Sabemos que, al igual que con los humanos, es posible que una mascota sea alérgica o intolerante a algún ingrediente.

Como vegetarianos, nuestros primero menús llevaban legumbres, alubias, para ser más exactos. Pues bien, pasadas dos semanas tuvimos que ir al veterinario porque una de las perras parecía tener molestias en la barriga. Allí nos dijeron que es conveniente evitar alimentos como las legumbres o la coliflor. Si comiesen de estos alimentos una o dos veces a la semana o en cantidades muy pequeñas, no habría problema, pero es aconsejable que evitemos estos ingredientes en su dieta.

4. Cambio progresivo o inmediato

Como ya hemos dicho, antes cambiábamos de marca de pienso y de ingredientes cada vez que terminábamos un paquete. El cambio había que hacerlo en dos o tres días, de forma progresiva, para que las perras fueran adaptándose al sabor y la textura de la nueva marca. Con la comida casera no hizo falta ningún tipo de transición en cuanto al sabor. Les sirves la comida y, pasados unos minutos, el cuenco reluce. No obstante, aunque a tu mascota le encante la comida real, te aconsejamos que el cambio sea progresivo (ver punto número 6).

5. Tamaño y olor de las heces

Sin entrar en pormenores, las heces de las perras son mucho más pequeñas. Suponemos que esto puede ser porque el pienso tiene un altísimo contenido en fibra o porque la mayor parte de los ingredientes del pienso son “de relleno”, no aportan nutrientes a nuestras mascotas y por ello el organismo los desecha.

¿Y el olor? La caca de las perras cuando comían pienso seco era muchísimo peor. Ahora que se alimentan de comida natural, sus heces casi no huelen.

6. Glándulas anales

Los perros y los gatos tienen dos glándulas anales cuya función es la de actuar como lubricante para facilitar la defecación. El líquido segregado es muy importante desde el punto de vista fisiológico y de comunicación entre los animales. Cuando los perros y gatos se olisquean entre ellos o huelen heces de otro animal, lo que están analizando es el olor del líquido de las glándulas anales; puesto que se trata de un olor único y del cual obtienen mucha información.

Cuando hay un cambio en la alimentación, es posible que éstas glándulas se desajusten ya que estaban acostumbradas a una cantidad de secreción determinada para un tipo de comida determinado. En la mayoría de los casos, el reajuste se produce sin problemas. En nuestro caso, notamos que a una de las perras le picaba el culete. Al día siguiente notamos un olor intenso por la zona del lomo cerca del rabo, parecido al olor de la sangre. En el veterinario nos informaron de lo que había ocurrido y de que una de las glándulas estaba hinchada y había que vaciarla.

Así que, para asegurarnos de que la comida tenía suficiente fibra, recurrimos  a la cáscara de psyllium. Debéis consultar con un veterinario, ya que este recurso es muy potente y está contraindicado si vuestra mascota está tomando algún tipo de medicación.

Si decidís cambiar la alimentación de vuestros peludos deberéis informaros bien y estar muy atentos a cualquier anomalía del animal. 

7. ¿Cuánto cuesta esta alimentación?

Todo depende de la marca de pienso y de la calidad de los alimentos frescos. Teniendo en cuenta que tenemos dos perras pequeñas de 3,5 y 8 Kg, antes nos gastábamos en pienso alrededor de 50€ mensuales. Ahora mismo el gasto es de 18€ semanales (unos 72€ mensuales). La comida de verdad, en nuestro caso, es más cara y supone que cocinemos tres horas extra a la semana. No obstante, para nosotros, tener la conciencia en paz es la mejor recompensa.

Perro se alimenta con comida natural

Alimentos naturales y sin procesar para las mascotas de la casa

 

8. Comida sana = menos sarro

Después de un mes comiendo alimentos caseros, hemos notado una mejora considerable en el sarro dental de las perras. El motivo lo desconocemos, pero estamos encantados.

9. Cada semana es diferente

Gracias a cocinarles semanalmente, podemos variar el menú con frecuencia. Una semana pollo, la otra salmón, otra pavo… además de verduras, unos pocos carbohidratos y aceite de girasol.

También es importante la suplementación, de nuevo, lo mejor es informarse con los expertos para saber qué extras necesita tu mascota.

10. Comer fuera de casa

Hay algo que todavía no hemos podido experimentar: comida casera y viajar. Tenemos dudas sobre la compatibilidad de ambas. Sabemos que existen latas de comida barf disponibles en el mercado, de hecho, muchas de ellas están hechas en España y son naturales, bajas en carbohidratos, sin cereales y sin harinas cárnicas.

Cuando lo probemos, os contaremos la experiencia.

Alimentación gatuna natural

Los gatos y perros prefieren una alimentación sabrosa y natural

 

Y hasta aquí las 10 cosas que hemos aprendido hasta la fecha al cambiar la alimentación de nuestras perras. Cambiar el pienso por la comida real ha sido más duro para los humanos que para los animales. Esto confirma, nuevamente, que el pienso se creó pensando en los humanos, no en las mascotas. Como una persona sabia una vez dijo: “Si los fabricantes de pienso pensaran en los gatos, su comida sería con sabor a ratón.”

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