(+612) 2531 5600
info@la-studioweb.com
Get direction
Google map
El nombre de nuestras mascotas es muy importante puesto que vamos a tener que pronunciarlo cientos de veces a lo largo de su vida.
Hemos querido hacer un artículo para poder ayudar a aquellos futuros papás-mamás de perretes y gatetes; para que podáis escoger el mejor nombre para vuestro peludo. Al menos, a priori, porque lo más seguro es que el nombre inicial escogido module hacia diminutivos o aumentativos rápidamente. Es posible incluso que terminemos llamando a nuestra mascota por un apodo cariñoso, en lugar de por su “nombre oficial”. Es decir, es probable que nuestra mascota termine con tres nombres: nombre oficial, apodo y nombre no oficial. En cualquier caso, hay ciertos aspectos que deberemos tener en cuenta.
Estos son algunos consejos para escoger el nombre de tu perro o gato:
La letra por la que empieza el nombre del animal es fundamental.
Contexto: en castellano existen vocales y consonantes. Las vocales pueden ser cerradas (i,u), medias (e,o) o abierta (a). Las consonantes pueden ser nasales (m,n), oclusivas (p,t,c,b,d,g,k), fricativas (f, s, x) y de otros tipos en los que se incluye la “l” y la “r”.
Nuestra mascota debe ser capaz de reconocer su nombre de forma clara y precisa. Por ello, los nombres que empiezan por p, t, c, k, x, ch o r, serán rápidamente reconocibles por nuestra mascota se encuentre cerca o lejos de nosotros. Si además el nombre tiene sílabas repetidas, éste será un nombre idóneo. Por ejemplo: Rambo, Ronda, Cuki, Coke, Coco, Taco, Tina, Tete, Peny, Paco, Xavi o Choclo.
Noa es un nombre bastante popular entre los perros. Aunque nos parezca un nombre precioso y que, normalmente, vayamos a pronunciar con una melodía específica; lo cierto es que se asemeja bastante a la palabra “no”. También se parece a un “hola” relajado. Además, la “n” es consonante nasal, por lo que tiene menos fuerza que otras consonantes.
Evitad nombres parecidos a órdenes o palabras del día a día, como puedan ser “sit”, “patita”, “no”, “ven”, “vamos”, “corre”, “hola”, “bien”, “mal”,…
Sitúate en un hipotético momento crítico en el que necesitas captar la atención de tu mascota en décimas de segundo. Imagínate que tienes que alertarle de un peligro, necesitas que acuda a tu lado rápidamente,…
Los entrenadores de animales aconsejan los nombres con pocas sílabas. Un nombre con una o dos sílabas es mejor que un “Khal Drogo”, tal como pudimos escuchar el otro día en el parque. Simplemente “Khal” sería mejor elección porque es muchísimo más fácil de procesar por nuestra mascota.
Lo ideal es encontrar el equilibrio entre un nombre demasiado corto o demasiado largo. Los nombres con dos o tres sílabas parecen ser los más adecuados para este propósito.
Según estudios de psicología humana, si a un amigo le llamamos “vago” o le decimos “tienes cara de enfermo”, sin maldad alguna, estaremos incentivando una respuesta emocional negativa en la propia persona. Es un mecanismo automático y casi inconsciente. Si al mismo amigo le llamamos “eficiente” o le decimos “qué guapo estás hoy”, se activarán en su interior unos mecanismos de refuerzo positivo.
Naturalmente, las mascotas no conocen “a priori” el significado de las palabras. Si le ponemos de nombre “Gordi”, “Glotón”, “Apestoso”, “Matón”, “Pulgoso”,… lo más seguro es que a nuestra mascota no le importe lo más mínimo. No obstante, de forma inconsciente, estaremos proyectando sobre el animalito las connotaciones que estas palabras tienen para nosotros.
Encontramos particularmente tierno cuando a los perros de tamaño pequeño tienen nombres asociados a animales grandes como: Conan, Rex, Conan, Rambo, Rocky, Toro, Bravo, Capitán o Thor.
Así mismo, es fascinante conocer a perros de gran tamaño con nombre como: Cuki, Chip, Cuco, Bobi, Kiko, Coco, Toby, Tommy, Kika, Piki o Chispa.
Si la respuesta es que sí, deberemos evitar que los nombres de nuestras mascotas se parezcan. “Cuki” y “Coco” son dos nombres fabulosos, pero si llamas a tu perro Coco y a tu gato Cuki, vais a volveros todos locos… ¡tú mismo incluido!
Algo que debemos tener muy en cuenta es que en algún momento tendrás que llamar a tu mascota en voz alta. Si tienes un gato y vives en piso, es posible que solamente tengas que decirle su nombre al veterinario. Por el contrario, si vives en una casa y tu gato puede salir a pasear o si tienes perro, entonces has de tener en cuenta que en algún momento alguien te dirá “Ay, qué mono, ¿cómo se llama?”. Simplemente es un apunte para que lo tengas en consideración.
Tened estas pautas en cuenta a la hora de bautizar a vuestros peludos y, si podéis, ¡sed creativos!
Ah, importante, una vez escogido el nombre os recomendamos encarecidamente que vuestra mascota, además del microchip, lleve una chapita metálica con su nombre y vuestro número de teléfono en el reverso. No es necesario que lleve siembre la identificación al cuello, puede llevarla en el arnés de paseo. ¡Os ahorrará un disgusto!